lunes, 16 de noviembre de 2009

CLASIFICACIÒN DE LAS PALABRAS SEGÙN SU ACENTO

Clasifique las siguientes palabras segùn su acento
camión
papá
París
león
alegró
caminó
canción
corrés
medicación
confirmación
Tonalá
adicción
perfección
enredó
alegró
pensará
caminará
volaré
acción
comezón
Automóvil
Azúcar
Mártir
Fácil
Dúctil
Táctil
Mármol
Móvil
cónsul
Difícil
ábaco
antígona
anaxágoras
ópalo
endócrino
héroe
cómpralo
ídolo
órdenes
déficit
tómatelo
espátula
éxtasis
tarántula
páncreas
océano
fantástico
caótico
término
cárceles
carátula
lágrima
regístraselos
considéramelos
estudiábaselo
véndemelo
repíteselo
cómpramelo
recíbesela
entrégaselo
ordénaselo
estúdiatelo
corrígemelo
recomiéndasela

martes, 3 de noviembre de 2009




Contador web

La Casa de Andrès Bello(1)

Yo sabía que lo iba a encontrar allí. friolento y tranquilo, arrebujado en su vieja estatua de mármol leproso mirando al tràfago de la avenida y guardando a sus espaldas la fachada de la vieja casa de la Universidad de Chile.

Lo que no llegué a sospechar era que iba a producir tan viva y profunda emoción el venir a aquella casa que nació de su espíritu. La Universidad de Chile es la casa de Andrés Bello. El la hizo surgir, le trazó el rumbo en el inolvidable discurso inaugural de 1843, le insufló su amor de la sabiduría y su inagotable voluntad de servicio al país y le trazó un programa nacional y un destino americano.

Para afianzarla y servirla realizó en gran parte aquella inagotable obra de pedagogía nacional. La lengua, la ley, la cultura, la ciencia, el arte, la búsqueda de la originalidad americana y el cultivo de la vocación creadora, fueron su prèdica constante y su ejemplo.

Los laboriosos y fecundos treinta y seis años de la culminación y el final de su existencia se los dio a su América desde su Chile de adopción.

Del permanente estío de su trópico caraqueño, había ido a apaciguarse a las nieblas de Londres para llegar al largo y atenuado otoño de Santiago. Sobre la ciudad, casi al fondo de las avenidas, se alza la mole nevada de los Andes, sin caminos, ni vida salvaje. Un viento de acero fr peina los árboles australes. Lejos se adivina la vastedad desolada del Pacífico.

Había venido dando larga y fatigosa vuelta por el Estrecho de Magallanes para encerrarse, a la espalda de la cordillera, en la estoica soledad chilena. El enorme rebaño de cumbres nevadas seguía hasta el más remoto norte a anudarse en Pamplona y a estirar un musculoso brazo en la tierra venezolana.

Pero todo ese alejamiento no fue para afligirlo, sino para exaltarlo en la búsqueda de lo perdurable de lo viviente y de lo promisor. Va a convertir la sala de su rectorado vitalicio en el proscenio del drama americano para plantear los grandes temas de su hora. Va a hablar por todos y para todos, como si a todos los pueblos hermanos los tuviera frente a sí en su aula. Va a afirmar la lengua común, "medio providencial de comunicaciòn", la situación común, el sentido común y las tareas comunes.

A esa casa vine yo a encontrarlo. La vieja nobleza del recinto parece guardar su presencia. La grata hospitalidad amiga del rector don Eugenio Gonzàlez me hizo los honores de la casa. El nombre y el recuerdo de Bello estaban presentes en todo lo que dijimos. En la hermosa sala de Consejo, solo en el muro testero, preside la reunión de los vivos y las efigies de los maestros de antaño, el noble retrato que le hizo Monvoisin. Despejada la frente, claros y serenos los ojos, como mirando hacia un horizonte que sabia seguro y cumplido. Frente al sillón del rector está su vieja escribanía de nogal.

Estaba sobrecogido de muda veneraciòn, casi como lo hubiera estado en su propia presencia. Habìa venido a hablar en su casa que era casi como hablar para èl y hasta por èl. Venìa a traerle las noticias de su remota Venezuela. Lo que habìamos hecho y lo que hemos querido hacer para seguir su tarea. El esfuerzo por hallar en el hecho fundamental de nuestro mestizaje cultural la clave para afirmar la originalidad y la mision històrica del Nuevo Mundo en la historia universal.

Por eso, minutos màs tarde, cuendo se me dio la palabra en la Sala de Honor de la Universidad de Chile, mis primeras palabras estuvieron entrecortadas de emociòn. Sentìa que hablaba ante la presencias del padre. El sillòn del rector quedò vacìo como para que lo llenara su invisible presencia.

Para mì no era otra cosa sino que habìa llegado a la casa de Andrès Bello el mìnimo de sus hijos, y tenìa que comenzar por invocar su sagrado nombre y el imperecedero compromiso de su recuerdo.

(1) USLAR PIETRI, Arturo: En Busca del Nuevo Mundo. México, F.C.E.1969, pp.146-148.

CUESTIONARIO
En el texto, el autor visita la:
  • Casa de Andrés Bello.
  • Universidad de Chile.
  • Casa de Bolívar.
  • Cordillera de los Andes.
La Universidad de Chile se inaugura en:
  • 1850
  • 1849
  • 1843
  • 1834
Andrés Bello vivió en Chile:
  • 30 años.
  • 35 años.
  • 37 años.
  • 36 años.
Un viento de acero frío es lo opuesto de viento:
  • Cálido y suave.
  • Cálido y fuerte.
  • Templado y suave.
  • Fresco y marino.
Andrés Bello fue el:
  • Primer Rector de la Universidad de Chile.
  • Primer Rector de la Universidad de Venezuela.
  • Primer venezolano en la Universidad de Chile.
  • Primer inventor en la Universidad de Venezuela.
La idea principal del texto es en la Universidad de Chile:
  • El autor evoca a Andrés Bello.
  • El autor pronuncia un discurso.
  • El autor visita su rectorado.
  • El autor visita la sala del Consejo.
En el texto la palabra testero es sinónimo de:
  • Lateral.
  • Principal.
  • Grande.
  • Relevante.






Contador web